Mexican natural gas

La dependencia del gas natural de EE. UU.

Durante los últimos 20 años, el escenario del gas natural en México cambió drásticamente. La participación del petróleo en la combinación de electricidad disminuyó del 53 % en 1990 al 10 % en 2017, mientras que el uso de gas natural se quintuplicó al 60 % de la combinación de energía de México durante ese período.

Cuando la demanda de gas natural comenzó a aumentar, México pudo producir suficiente gas para abastecer a todos los sectores. Por ejemplo, en 1999, el suministro de gas natural fue de 29,4 millones de toneladas equivalentes de petróleo (Mtep) y la demanda fue de 29,1 Mtep. Sin embargo, la producción no aumentó al mismo ritmo.

México comenzó a importar gas natural, especialmente para abastecer al sector eléctrico. Para 2009 las importaciones de gas natural aumentaron a 10.8 Mtep, poco menos del 20% del consumo nacional, y para 2017 las importaciones crecieron a más de la mitad del consumo total de México.

¿Cómo llegamos aquí?

México no solo pasó a depender en gran medida de las importaciones de gas, sino también de los gasoductos transfronterizos de EE. UU. En 2017, el 86.4% de las importaciones totales de gas natural (42,100 millones de metros cúbicos) se realizaron por gasoductos provenientes de Texas, California y Arizona, siendo Texas el principal proveedor de México. El gas natural de Texas representa un poco más del 60% de las importaciones totales de gasoductos.

Estas crecientes importaciones han sido seguidas por una rápida expansión de oleoductos transfronterizos. La mayor parte de la infraestructura ocurrió durante la Expansión de la Infraestructura y el Plan Quinquenal de México.

¿Dónde está la oportunidad para los inversores?

Desde 2012, se pusieron en marcha ocho nuevos gasoductos transfronterizos que aumentaron la capacidad de flujo de gas de 2750 millones de pies cúbicos por día (Bcm/d) a más de 11 Bcf/d hasta finales de 2018. Net Midstream (Next Era), el El consorcio Energy Transfer – Carso Energy y Spectra Energy han sido los actores clave en todos estos desarrollos. Desde 2012, se les han adjudicado contratos para aumentar la capacidad transfronteriza. Contando todos los gasoductos puestos en servicio en este período, cada uno ha aumentado la capacidad transfronteriza en 2,1, 2,5 y 2,6 Bcm/d respectivamente. También se han llevado a cabo otras expansiones importantes en todo México.

Desde 2012 se han incorporado 4.639 km de gasoductos a la red nacional de 15.986 km. Se encuentran en construcción 2.882 km adicionales, siendo TransCanada e IEnova los principales desarrolladores. Desde 2012, Transcanada y IEnova han instalado casi 3.000 km de infraestructura de gasoductos combinados.

Esperamos que 3,000 km adicionales de tubería entren en funcionamiento durante los próximos cinco años para abastecer las regiones central y sur de México. (Recursos energéticos de la próxima era siempre ha sido una de nuestras recomendaciones de mayor convicción para los inversionistas estadounidenses que buscan exposición a la infraestructura en México. También recomendamos Energía Sempra por su participación en IEnova.)

¿Qué son los Riesgos Acechantes?

Aunque las importaciones de gas natural de los EE. UU. han aliviado la dependencia del petróleo y han reducido los precios de la electricidad, han hecho que México sea vulnerable a los riesgos de suministro de los EE. UU., lo que puede obstaculizar el crecimiento económico. A fines de 2018, se limitó el suministro de gas para varias industrias, incluso centrales eléctricas, y se instó a otros sectores a reducir el consumo.

Creemos que la escasez se debió principalmente a demoras en los oleoductos transfronterizos de Texas y problemas operativos en algunos de los centros de procesamiento, según fuentes locales. Creemos que esta gran dependencia del gas de Texas puede generar más escasez que podría afectar las cadenas de suministro, aumentar los precios de la electricidad a corto plazo y desacelerar el crecimiento económico.

Según nuestro análisis, un 10% de escasez en el suministro de gas natural podría reducir la producción manufacturera en un 0,5% por ciento. El Banco Central de México también rebajó las previsiones de crecimiento y citó la posible escasez de gasolina como uno de los factores.

El dilema mexicano es un delicado equilibrio tanto para los compradores de energía a largo plazo como para el gobierno. El gas natural estabiliza los precios de la electricidad, y debido a la termodinámica de las centrales eléctricas de gas natural brindan confiabilidad a la red eléctrica. Sin embargo, una dependencia excesiva del gas estadounidense pone a México en desventaja tanto desde el punto de vista del riesgo como desde el punto de vista geopolítico.