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Inestabilidad de la red eléctrica en los parques industriales

En una instalación industrial dentro de uno de los principales centros manufactureros de México—ya sea Nuevo León, Jalisco o Baja California—las líneas de ensamblaje automatizadas se mueven con eficiencia, los brazos robóticos realizan tareas y las máquinas de control numérico computarizado (CNC) están activas. De repente, las luces parpadean y se apagan. El sonido de la producción es reemplazado por un silencio costoso. Esto no es un escenario hipotético. Es una realidad frecuente para un número creciente de empresas en todo México.

Una red inestable y los riesgos para los parques industriales

Apagones frecuentes (apagones) y los problemas de calidad de energía han evolucionado de ser una molestia ocasional a una amenaza significativa y sistémica para la competitividad industrial y las ambiciones de nearshoring de la nación. La nueva realidad del riesgo es clara. El 91% de los parques industriales de México experimentaron fallas en el suministro eléctrico. No son anomalías aisladas relacionadas con el clima, sino síntomas de un problema estructural. Los apagones en varios estados se han convertido en un evento anual, afectando a millones de usuarios e impactando a la industria. Estos eventos ahora son una característica predecible del panorama empresarial, que requiere una respuesta proactiva y estratégica.

La normalización de este problema puede ser un desafío para los tomadores de decisiones industriales. Informes de líderes empresariales en regiones como Mexicali y San Luis Potosí describen los apagones como un problema recurrente, fomentando un sentido de resignación. Esto puede llevar a las empresas a tratar la inestabilidad energética como un costo de hacer negocios en lugar de una vulnerabilidad clave. 

Por qué se apagan las luces

Los apagones recurrentes en las zonas industriales de México son consecuencia de problemas sistémicos. La inestabilidad de la red proviene de un problema central, que luego se agrava por una combinación de presiones operativas y se complica con desafíos políticos.

Problema central: La subinversión crea un déficit creciente

El problema fundamental es una subinversión prolongada en la Red Nacional de Transmisión. La infraestructura de la red está obsoleta, diseñada para satisfacer la demanda eléctrica de 2018, no las necesidades incrementadas de la economía actual impulsada por el nearshoring.

Los datos proporcionan evidencia clara de este déficit. Según un análisis del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), mientras la demanda nacional de electricidad creció un 3.4% en 2022 y un 3.5% en 2023, la red de transmisión se expandió solo un 0.09% y 0.10% en esos mismos años, respectivamente. 

Para 2023, la inversión real ejercida por CFE fue solo el 21% de lo que su propio mecanismo de planificación, el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (PRODESEN), consideró necesario para mantener y expandir la red. Esta subinversión ha creado un sistema incapaz de satisfacer las crecientes necesidades energéticas del país.

Una combinación de catalizadores

Esta falta de inversión ha dejado a la red vulnerable a una combinación de presiones que ahora desencadenan emergencias a nivel del sistema.

  • Aumentos de demanda y reservas decrecientes: Las olas de calor están impulsando una demanda récord de electricidad para aire acondicionado y refrigeración industrial. Este aumento en el consumo reduce el margen de reserva operativa de la red—el margen de capacidad de generación disponible sobre la demanda actual—por debajo del umbral del 6% requerido para una operación estable. En mayo de 2024, el margen de reserva cayó a solo el 3%. Cuando esto sucede, el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) declara un Estado Operativo de Emergencia e implementa cortes de energía rotativos para reducir la carga y evitar un colapso nacional del sistema.

  • Fallos simultáneos en la generación: El problema no es solo de demanda, sino también de suministro. Cuando la demanda alcanza su pico, el sistema a menudo se ve afectado por fallas simultáneas en el lado de la generación. Plantas térmicas antiguas, como las instalaciones de ciclo combinado en Altamira y Villa de Reyes, se desconectan inesperadamente. Al mismo tiempo, la generación de fuentes renovables puede ser intermitente. La producción solar disminuye por la noche o en días nublados, y la generación eólica cesa en condiciones de calma. Esto se agrava por una sequía prolongada que ha reducido la capacidad hidroeléctrica de México. A nivel nacional, las plantas hidroeléctricas han estado operando solo al 30% de su potencial, con algunas instalaciones en regiones fuera de Chiapas alcanzando tan solo el 17% de capacidad.

  • Los desafíos en la transmisión: Incluso cuando se genera energía, la red a menudo no puede entregarla donde se necesita. Los corredores clave de transmisión están saturados, careciendo de la capacidad para transportar electricidad desde regiones ricas en generación—como Sonora para energía solar o Oaxaca para eólica—a los centros de consumo industrial en el norte y centro del país. Estas situaciones crean congestión energética, obligando a CENACE a reducir la generación e implementar interrupciones selectivas para mantener la estabilidad de la red.

Cuantificando el impacto: El costo del tiempo de inactividad para los fabricantes

El impacto financiero de la red eléctrica poco confiable de México no es un gasto operativo menor, es una carga sustancial para los sectores productivos de la nación. Las cifras son significativas, pero solo comienzan a contar la historia de los costos secundarios que siguen a cada interrupción eléctrica.

El costo nacional

Según el Consejo Nacional de la Industria Maquiladora y Manufacturera de Exportación (Index), la pérdida económica estimada para el sector manufacturero asciende a US$ 200 millones por cada hora sin electricidad. Esta cifra abarca la producción perdida, la mano de obra inactiva y las interrupciones logísticas a nivel nacional. Para poner esto en perspectiva, se estima que los apagones en 2021 costaron a la economía mexicana entre US$2.7 mil millones y US$3.0 mil millones.

El impacto regional

El impacto económico es significativo en los corredores industriales clave de México. En mayo de 2024, una serie de apagones llevó al sector industrial de Jalisco a reportar pérdidas que oscilaron entre 12 millones y 15 millones de dólares estadounidenses (200 milliones a 250 millones de pesos mexicanos). Los sectores de electrónica y alimentos fueron afectados, con algunas empresas alimentarias reportando pérdidas de hasta 20 millones de pesos mexicanos (aproximadamente 1.2 millones de dólares estadounidenses) debido a los cortes de energía.

Costos secundarios más allá de la producción perdida

El costo de un corte va más allá de la detención inmediata de la producción. Una serie de daños financieros secundarios afecta a la operación industrial.

  • Daño al equipo: Una red inestable se caracteriza por fluctuaciones frecuentes de voltaje, caídas, aumentos y microcortes. Estos problemas de calidad de energía causan daños acumulativos al equipo industrial, incluyendo robótica, máquinas CNC y controladores lógicos programables (PLC). Además, las sobretensiones que suelen ocurrir al reiniciar maquinaria después de un corte pueden dañar componentes electrónicos, provocando reparaciones y tiempos de inactividad prolongados.

  • Pérdida de material y producto: En muchas industrias, una pérdida momentánea de energía puede provocar la pérdida de un lote completo de producción. En los sectores de plásticos y vidrio, por ejemplo, mantener temperaturas precisas es fundamental. Un corte puede causar que los materiales fundidos se solidifiquen incorrectamente, obligando a reiniciar el proceso y desechar las materias primas. De manera similar, en la industria de alimentos y bebidas, mantener la cadena de frío es importante. La pérdida de energía puede causar deterioro y obligar a las empresas a incurrir en costos de combustible para operar generadores diésel de respaldo. Un productor de papel en San Luis Potosí reportó la pérdida de 500 toneladas de producto debido a interrupciones relacionadas con la energía.

  • Ineficiencias operativas: Cada paro no planificado requiere reiniciar las líneas de producción, un proceso que puede tomar horas. Esto conduce a desperdicio operativo y a menudo requiere horas extras para cumplir con las cuotas de producción, reduciendo los márgenes de ganancia.

  • Interrupción de la cadena de suministro y daño reputacional: En el mundo del nearshoring y la manufactura justo a tiempo, la confiabilidad es clave. No cumplir con los plazos de entrega debido a cortes de energía resulta no solo en penalizaciones contractuales, sino también en una pérdida de confianza con clientes internacionales. Esto amenaza la atractividad de México para la inversión extranjera directa (IED) y socava la base de su oportunidad de nearshoring.

El impacto humano

Más allá del balance financiero, un suministro eléctrico inestable tiene un costo humano. Operar en instalaciones manufactureras donde las temperaturas pueden superar los 45°C (113°F) sin sistemas adecuados de aire acondicionado o ventilación representa un riesgo significativo para la salud y seguridad de los trabajadores.

La siguiente tabla consolida los datos financieros, proporcionando un resumen del impacto económico que representa una red inestable:

Métrica de Impacto

Valor (USD)

Pérdida Horaria (Sector Manufacturero)

$200 Millones

Pérdida Total por Apagones de 2021

$2.7 Mil Millones a $3.0 Mil Millones

Pérdida Mensual (Sector Industrial de Jalisco)

$12 Millones a $15 Millones

Pérdida Mensual (Sector Alimentario de Jalisco)

Hasta $1.2 Millones

La solución in situ Parte 1: Aprovechando el sol con energía solar industrial

Frente a una red nacional volátil e poco confiable, los líderes industriales deben cambiar su perspectiva sobre la energía. La generación solar in situ ya no es solo una consideración ambiental, social y de gobernanza (ESG), sino una estrategia empresarial central para la reducción de costos, mitigación de riesgos y estabilidad operativa. Dado que el 85% del territorio de México posee irradiancia solar óptima, el país está posicionado para aprovechar este recurso en beneficio industrial. A medida que los costos de la electricidad de la red continúan su tendencia al alza, impulsados por problemas nacionales en el suministro de combustibles y las ineficiencias de la red, la energía solar in situ ofrece un camino hacia una energía predecible y de bajo costo.

El caso financiero para la energía solar

El caso de negocio para adoptar sistemas solares fotovoltaicos (PV) a escala industrial en México es sólido, respaldado por tres pilares financieros clave: retornos rápidos, ahorros significativos y modelos de financiamiento accesibles.

  • Retorno rápido de la inversión (ROI): Para instalaciones industriales con alto consumo eléctrico, el periodo de recuperación de un sistema solar fotovoltaico puede ser corto. Las empresas a menudo ven un retorno completo de su inversión inicial en tan solo 2 a 4 años. Esta rápida amortización hace que la energía solar sea una propuesta financiera atractiva.

  • Reducción significativa de los costos: Al generar electricidad directamente en el punto de consumo, los sistemas solares in situ pueden reducir el gasto energético de una instalación entre un 20% y un 40%. Esto se logra compensando directamente la cantidad de electricidad de alto costo comprada de la red de la CFE. Los ahorros no solo son sustanciales sino también predecibles, protegiendo al negocio de los ajustes tarifarios de la CFE durante la vida útil del activo solar de más de 25 años.

  • Modelos sin CapEx (Acuerdos de compra de energía): Una barrera principal para la adopción solar en muchas empresas—el gasto de capital inicial—puede eliminarse mediante un Acuerdo de Compra de Energía (PPA). Bajo este modelo, un socio energético instala, posee y opera el sistema solar en la propiedad del cliente sin costo para este. La instalación industrial simplemente compra la electricidad generada por el sistema a una tarifa fija pre-negociada que es menor que la tarifa de la CFE. Esta estructura ofrece ahorros inmediatos desde el primer día.

  • Incentivos fiscales: Un decreto presidencial, vigente desde enero de 2025 hasta septiembre de 2030, proporciona un incentivo de depreciación acelerada para inversiones en nuevos activos fijos, incluyendo equipos de energía renovable. Esto permite a las empresas deducir una gran parte del costo del activo en un solo año, con tasas de depreciación que van del 35% al 91%, dependiendo del tipo de activo. Este beneficio fiscal mejora los rendimientos financieros generales del proyecto y acorta el período de recuperación.

Navegando el camino regulatorio

Aunque el entorno regulatorio para proyectos energéticos a gran escala y nivel utilitario en México ha sido desafiante, el camino para la generación distribuida (GD) en el sitio es más ágil y favorable para los consumidores industriales.

Bajo las nuevas leyes promulgadas en marzo de 2025, los sistemas solares con una capacidad inferior a 0.7 MW (700 kW) se clasifican como generación exenta y no requieren un permiso de generación de la comisión nacional de energía. Esta exención reduce el riesgo del proyecto, el costo y los plazos de desarrollo, convirtiéndola en una opción atractiva para muchas instalaciones industriales pequeñas y medianas. Para sistemas más grandes entre 0.7 MW y 20 MW, las nuevas leyes establecen vías claras para la autogeneración, incluyendo disposiciones para vender cualquier excedente de energía generado exclusivamente a la CFE.

Estudio de caso destacado: el proyecto solar de Deacero

El valor estratégico de asegurar energía a largo plazo y bajo costo se ilustra con las acciones de Deacero, uno de los principales fabricantes de acero de México. Reconociendo los riesgos de la dependencia de la red, Deacero firmó un PPA de 20 años para comprar toda la producción de 110 MW de un parque solar en Sonora.

Este proyecto de 115 millones de dólares ahora suministra el 20% de los requerimientos totales de energía de Deacero, demostrando que la energía solar es suficiente para apoyar operaciones industriales pesadas. Este acuerdo protege una parte significativa de los costos energéticos de Deacero contra la volatilidad de la red y los aumentos de precios de la CFE, proporcionando a la empresa una ventaja competitiva a largo plazo y un modelo a seguir para otros líderes industriales.

La solución en el sitio Parte 2: Logrando resiliencia con almacenamiento de energía en baterías (BESS)

Aunque la energía solar en el sitio ofrece una solución para reducir los costos de energía, es un recurso intermitente que genera energía solo cuando el sol brilla. Para lograr resiliencia operativa y una mayor independencia de una red inestable, se requiere una segunda capa de tecnología. Los Sistemas de Almacenamiento de Energía en Baterías (BESS) son el componente que transforma una instalación solar en el sitio en una fuente de energía resiliente, ofreciendo una solución a los riesgos de apagones y problemas de calidad de energía.

El valor dual del BESS

Un BESS aporta valor a una instalación industrial de dos maneras distintas pero importantes: asegurando la continuidad operativa y permitiendo una reducción estratégica de costos.

  1. Operaciones ininterrumpidas (Energía de respaldo): Un beneficio inmediato de un BESS es su capacidad para proporcionar energía de respaldo sin interrupciones en el momento en que ocurre un corte de red. A diferencia de los generadores diésel, que tienen un retraso de arranque, requieren combustible y demandan mantenimiento, un BESS proporciona energía limpia e inmediata sin interrupción a los procesos críticos. Esta capacidad elimina el tiempo de inactividad, protege el equipo de picos de energía asociados con cortes y asegura la continuidad de la producción.

  2. Reducción estratégica de costos (Recorte de picos): Más allá de la energía de respaldo, un Sistema de Almacenamiento de Energía en Baterías (BESS) es una herramienta financiera para gestionar activamente los costos de energía. Las tarifas industriales de la CFE (como GDMTH, DIST y DIT) incluyen no solo un cargo por energía consumida (kWh) sino también cargos por capacidad o demanda (kW) basados en el punto más alto de consumo de energía durante las horas pico, que típicamente ocurren entre las 6:00 PM y las 10:00 PM. 

Un BESS permite a una instalación almacenar energía de bajo costo—ya sea de su arreglo solar durante el día o de la red durante las horas "base" fuera de pico cuando las tarifas son más bajas—y luego descargar esa energía almacenada para alimentar la instalación durante las costosas horas pico. Esta estrategia, conocida como "recorte de picos", reduce la demanda máxima que registra el medidor de la CFE, disminuyendo el componente más caro de la factura mensual de electricidad. Esta optimización puede generar ahorros totales de hasta un 35% y ofrecer un retorno de inversión para el BESS en tan solo 3 años.

El nuevo marco regulatorio (Marzo 2025)

Reconociendo el papel del almacenamiento de energía, el gobierno mexicano ha establecido recientemente un marco regulatorio, proporcionando un camino para el despliegue de BESS.

  • Modalidades clave para la industria: Las regulaciones describen varias modalidades para integrar Sistemas de Almacenamiento de Energía en Baterías (BESS). La más relevante para usuarios industriales es SAE-CC (almacenamiento asociado a un centro de carga). Esto se refiere a un BESS instalado "detrás del medidor" para el uso propio de la instalación. Esta modalidad no requiere un permiso de generación, lo que simplifica y acelera el proceso de despliegue.

  • Requisitos técnicos y de seguridad: El marco establece requisitos técnicos claros para la interconexión con la red. Los sistemas deben cumplir con normas internacionales de seguridad, como UL 9540, para garantizar una operación segura. Un sistema típico industrial de almacenamiento de energía en baterías (BESS) consta de varios componentes clave: las baterías mismas (más comúnmente de ion de litio), un sistema de conversión de energía (PCS) o inversor, y un Sistema de Gestión de Energía (EMS). El EMS funciona como el centro de control del sistema, utilizando software para gestionar los ciclos de carga y descarga, maximizando así la resiliencia y los ahorros financieros.

Estudio de caso destacado: BESS refrigerado por líquido de 3.72 MWh en México

El despliegue de la tecnología BESS ya está en marcha en México, como lo demuestra un proyecto reciente que involucra un BESS refrigerado por líquido de 3.72 MWh integrado con un sistema híbrido solar de alta tensión para un cliente industrial.

Este proyecto es notable por su uso de tecnología de enfriamiento líquido. A diferencia del enfriamiento tradicional por aire, el enfriamiento líquido mantiene las celdas de la batería a su temperatura óptima de operación con mayor eficiencia. Esto es particularmente importante en los ambientes industriales de alta temperatura en México, ya que mejora el rendimiento del sistema, extiende su vida útil operativa y aumenta la confiabilidad. Este estudio de caso destaca cómo la tecnología BESS proporciona energía de respaldo, eficiencia, ahorro de costos y un camino hacia la independencia energética y los objetivos de sostenibilidad corporativa.

El sistema integrado: Por qué solar + BESS es la estrategia definitiva

Aunque la energía solar fotovoltaica y los Sistemas de Almacenamiento de energía en baterías (BESS) ofrecen beneficios por separado, su poder se desbloquea cuando se integran en un sistema único y cohesivo. La combinación de generación solar in situ con almacenamiento en baterías crea una sinergia, transformando una instalación industrial estándar en una microrred resiliente capaz de operar con mayor independencia del suministro eléctrico nacional inestable.

Creando una microrred resiliente

La dinámica operativa de un sistema integrado Solar + BESS es efectiva. Durante las horas de luz, el arreglo solar fotovoltaico genera electricidad a bajo costo. Esta energía se utiliza para operar las actividades diurnas de la instalación, y cualquier exceso se dirige a cargar el sistema de almacenamiento de energía en baterías (BESS). Cuando el sol se pone o si la red nacional falla, el BESS toma el relevo, descargando la energía solar almacenada para alimentar la instalación durante la noche o durante la duración del apagón. Este ciclo maximiza el autoconsumo de energía limpia, minimiza la dependencia de la red y asegura la continuidad operativa.

Preparándose para el futuro del nearshoring y ESG

En el contexto de la trayectoria económica de México, esta solución energética integrada es un requisito para competir en la economía global moderna.

  • El Nearshoring exige confiabilidad y energía limpia: El influjo de inversión extranjera directa impulsado por el nearshoring depende de una infraestructura estable. Las empresas internacionales que trasladan sus cadenas de suministro a México exigen energía confiable y limpia para operar eficazmente sus procesos avanzados de manufactura y cumplir con sus propios compromisos corporativos de Medio Ambiente, Social y Gobernanza (ESG). Una instalación equipada con una microrred Solar + BESS posee una ventaja competitiva para atraer y retener esta inversión.

  • Alineándose con la dirección de la política nacional: El mandato reciente del gobierno mexicano, que requiere que el 30% de la capacidad de almacenamiento de baterías esté co-ubicada con todos los nuevos proyectos de energía renovable a gran escala, es una señal del futuro. Esta política reconoce que el almacenamiento de energía es crucial para mantener la estabilidad de la red y facilitar la integración efectiva de fuentes de energía renovable. Los líderes industriales que adopten ahora el modelo Solar + BESS están alineando sus operaciones con la dirección de la política energética nacional.

Estudio de caso destacado: El Compromiso integral de Grupo Bimbo

Grupo Bimbo, una empresa alimentaria global con profundas raíces en México, ejemplifica la visión estratégica para el liderazgo energético. La empresa ha adoptado un enfoque integral hacia la resiliencia y sostenibilidad energética. En México, las operaciones de Grupo Bimbo se alimentan con energía limpia proveniente del Parque Eólico Piedra Larga de 90 MW. Esto se complementa con su iniciativa "Bimbo Solar", un programa de generación distribuida que ha visto la instalación de 3.7 MW de sistemas solares fotovoltaicos en los techos de decenas de sus fábricas y centros de distribución.

Esta estrategia demuestra un compromiso con el uso del 100% de energía renovable, lo que reduce el riesgo operativo por fallas en la red, proporciona costos energéticos predecibles y mejora la marca de la empresa mediante un compromiso con la sostenibilidad—un modelo para otros líderes industriales.

La siguiente tabla proporciona un análisis comparativo de las estrategias energéticas disponibles:

Métrica de evaluación

Solo red

Solo solar en sitio

Solar en sitio + BESS (Microrred integrada)

Confiabilidad operativa

Muy bajo: Sujeto a apagones frecuentes

Mediano: Reduce la dependencia de la red durante el día, pero no ofrece protección por la noche ni durante cortes

Alto: La energía de respaldo sin interrupciones garantiza la continuidad operativa

Costo energético a largo plazo

Alto y volátil: Expuesto a tarifas crecientes de CFE

Bajo y predecible: Asegura costos bajos de energía por más de 10 años, pero aún paga altos cargos por demanda máxima durante la noche

El más bajo y predecible: Maximiza el autoconsumo y elimina los cargos por demanda máxima mediante "recorte de picos"

Gasto de capital (CapEx)

Cero

Medio (puede ser cero con PPA)

Alto (puede reducirse con arrendamiento)

Retorno de la inversión (ROI)

N/A (Gasto puro)

Alto (retorno en 2-4 años)

Más alto (retorno en 3 años para BESS)

Cumplimiento ESG

Pobre: Alta huella de carbono

Bueno: Reduce significativamente las emisiones del Alcance 2

Excelente: Maximiza el uso de energía renovable, permitiendo cero emisiones netas

Atractivo para Nearshoring

Bajo: No cumple con las demandas de los inversionistas para energía limpia

Medio: Satisface la demanda de energía limpia, pero no la confiabilidad

Alto: Cumple con los requisitos clave de los inversionistas para operaciones resilientes y sostenibles

Tome el control de su futuro energético

Las consecuencias financieras y operativas de esta falta de fiabilidad son significativas, costando al sector manufacturero cientos de millones de dólares por hora de inactividad y poniendo en riesgo la posición de México como destino para la inversión de nearshoring. Para los líderes industriales, esperar una solución de arriba hacia abajo es una estrategia desafiante. El despliegue integrado de energía solar fotovoltaica in situ combinado con almacenamiento de energía con baterías (BESS) es una tecnología comercialmente viable y desplegable que ofrece mayor independencia energética, certeza operativa y retorno de inversión. 

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