La adopción de combustibles cero carbono
Se prevé que el mercado mundial de combustibles con bajas emisiones de carbono alcance un valor de entre 40,000 millones y 50,000 millones de dólares para 2030. Un factor importante que impulsará este crecimiento será el cambio de vehículos que funcionan con combustibles fósiles a vehículos eléctricos, que utilizan tanto baterías eléctricas como combustible de hidrógeno. células. Esto también se apoyará a través de una transición a combustibles para aviones y barcos con bajas emisiones de carbono.
Con una floreciente industria de energías renovables y rutas marítimas bien establecidas, México podría convertirse rápidamente en un importante centro internacional de carga y transporte con bajas emisiones de carbono. Esto no solo impulsaría la seguridad energética a largo plazo del país, sino que también aseguraría su posición en el mercado energético global en la transición hacia lo verde.
Combustibles sin carbono
A principios de 2022, la Agencia Internacional de Energía (AIE) publicó un informe sobre El papel de los combustibles bajos en carbono en las transiciones de energía limpia del sector eléctrico. Este documento destacó el potencial de los combustibles sin carbono, como el hidrógeno verde y el amoníaco, como clave para descarbonizar el sector energético y otras industrias.
La AIE sugirió que las tecnologías necesarias para expandir el mercado de combustibles sin carbono están progresando rápidamente, y ya se están viendo proyectos de hidrógeno verde a gran escala en varios países de Europa y Asia.
Creemos que los costos relacionados con la producción de combustibles bajos en carbono deben reducirse aún más, a través de una mayor investigación y desarrollo de tecnologías innovadoras, para fomentar la aceptación.
El potencial en México
Para cumplir con su compromiso de un 35% menos de emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, México continuará desarrollando su mercado de energía renovable, ampliando sus ya significativas operaciones de energía eólica y solar e incursionando en nuevas industrias de energía verde. El gobierno mexicano planea desarrollar 30 GW adicionales de capacidad combinada eólica, solar, geotérmica e hidroeléctrica para 2030, asumiendo más de 40 GW de energía eólica y solar combinadas.
Se espera que el grupo mexicano de hidrógeno (Asociación Mexicana de Hidrógeno, AMH), que se creó en 2021 y está formado por empresas de energía, grupos comerciales de energía y agencias, publique una estrategia nacional de hidrógeno para apoyar el desarrollo de la industria y el mercado del hidrógeno, así como para estimular el progreso en otras operaciones de combustibles bajos en carbono.
Oportunidades en la industria naviera
Las rutas marítimas bien establecidas de México podrían eventualmente ser impulsadas por una gama de combustibles con bajo contenido de carbono o sin carbono a medida que se desarrolle la industria, incluido el hidrógeno verde y azul, el amoníaco verde y azul, el metanol verde y los biocombustibles. Las nuevas operaciones de combustible bajo en carbono también podrían apoyar la producción de fertilizantes para uso nacional y exportación, y operaciones de fabricación y acero bajo en carbono.
México ya es un importante centro comercial para América del Norte y del Sur, con puertos en los océanos Pacífico y Atlántico y enlaces con Europa, África y Asia. En su posición como la segunda economía más grande de América Latina y como parte del Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá (USMCA), México se ha convertido en un socio comercial atractivo.
Creemos que México tiene el potencial para convertirse en un precursor en el transporte marítimo bajo en carbono. Puede lograr esto mediante el desarrollo de una industria de producción de combustibles con bajas emisiones de carbono; la creación de políticas y regulaciones para apoyar el transporte marítimo bajo en carbono, y la adaptación de puertos y embarcaciones para satisfacer las necesidades bajas en carbono. La adopción de tecnologías de envío sin emisiones de carbono en los puertos mexicanos podría atraer una inversión de entre $1,700 millones y $2,700 millones en infraestructura terrestre para 2030, según nuestras estimaciones.
Nuestra perspectiva sigue siendo positiva
Creemos que el establecimiento de una industria de producción de combustibles de bajo carbono, que se desarrolle a partir de la experiencia de producción de hidrógeno existente en México, así como la adaptación de los puertos y la infraestructura del país para que sean aptos para el transporte y uso de combustibles de bajo carbono, podría ayudar a establecer México como un importante centro de envío bajo en carbono. También apoyaría el desarrollo del sector de energías renovables del país y fomentaría el uso de combustibles bajos en carbono en la industria, que representa alrededor del 30% del PIB de México.
México tiene rutas marítimas bien establecidas y vínculos comerciales internacionales, así como una fuerte industria energética, que actualmente se basa principalmente en combustibles fósiles. Creemos que la expansión de la industria de energía renovable de México y el desarrollo de estrategias nacionales que respalden las operaciones de combustibles bajos en carbono podrían ayudar a México a convertirse en un centro de envío bajo en carbono, así como tener efectos indirectos positivos en su sector energético y otras industrias.